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martes, 19 de marzo de 2013

Colapso



Y cuando yo,
(no yo,
si no un yo desfigurado de manos paranoides,
pero a fin de cuentas yo)
estire la boca,
presuntamente enfermo
o quizá y seguramente disculpado por el humo,
oirás un ojo y otro ojo,
notarás mi masetero y tu masetero romperse,
verás mi pecho hundido como veré hundirse yo el tuyo,
me secaré y te secarás,
y nos sabremos con el gesto congelado.
Yotequieroyyotampoco
y yo también lo sentiré.

En un instante.
En el millón de  segundos de un solo segundo.
Dudaremos de los pies.
Presuntamente enfermos,
o inútilmente disculpados por el humo.