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viernes, 27 de noviembre de 2015

Sin darme cuenta


Hoy quiero vivir sin darme cuenta,
Me gustaría respirar sin que pesase.

Me abrigo mucho, 
demasiado, 
la verdad, le tengo 
pánico
al frío sin ti. 

A veces bailo solo:
aquí no hay nadie que camine descalza 
por encima de mi pecho
o que duerma solo tres horas porque al día siguiente me voy.

El tiempo... bueno,
hace más viento por dentro de mí que por fuera
pero aquí, cuando se hace de  noche, 
el cielo,
fíjate qué triste,
el cielo es naranja.

¿Rutina?:
madrugo más que antes, 
me pregunto dónde estoy,
compruebo 
si sigue en el congelador
el tupper con perdices que nunca nadie se come 

hablo con gente, como me dijiste;
hago cosas, tomo algo por ahí 
pero siempre, de camino a casa,
quizás hablo solo imaginando que me escuchas. 

Con los vecinos no hay queja, 
excepto alguna persiana a deshora, 
no les oigo, la verdad;
y yo tengo dos guitarras 
que nos ayudan a todos a dormir.

A veces sonrío.
Lo justo, pero sí.

Echo de menos vivir,
¿No sabes?

vivir sin darme cuenta.