Hoy quiero vivir sin darme cuenta,
Me gustaría respirar sin que pesase.
demasiado,
la verdad, le tengo
pánico
al frío sin ti.
A veces bailo solo:
aquí no hay nadie que camine descalza
por encima de mi pecho
o que duerma solo tres horas porque al día siguiente me voy.
El tiempo... bueno,
hace más viento por dentro de mí que por fuera
pero aquí, cuando se hace de noche,
el cielo,
fíjate qué triste,
el cielo es naranja.
¿Rutina?:
madrugo más que antes,
me pregunto dónde estoy,
compruebo
si sigue en el congelador
el tupper con perdices que nunca nadie se come
hablo con gente, como me dijiste;
hago cosas, tomo algo por ahí
pero siempre, de camino a casa,
quizás hablo solo imaginando que me escuchas.
Con los vecinos no hay queja,
excepto alguna persiana a deshora,
no les oigo, la verdad;
y yo tengo dos guitarras
que nos ayudan a todos a dormir.
A veces sonrío.
Lo justo, pero sí.
Echo de menos vivir,
¿No sabes?
vivir sin darme cuenta.