A veces me caliento al calor de los cigarros
A veces, solamente junto su ceniza
y mi ceniza
A veces miro al trasluz la realidad
un poco menos desnuda y
la poesía mareada, sumida en medio del hollín.
no quiero verme,
ni respirar,
no quiero nada,
tan sólo esconderme y
que nadie me busque,
que nadie me encuentre tras las cortinas
en mi triste barricada de hojas de papel,
en mi esquina de siempre.
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